Iba yo tan tranquila por la calle de camino a dar clase, tan feliz con mis pensamientos... Hasta que me topé con algo que no creían mis ojos. ¿Tal vez una broma macabra? ¿Una pesadilla? Me pellizqué el brazo y sí, sentí dolor, pero no mucho con el frío gélido que hacía ese día. Y es que no me lo podía creer cuando lo vi en el escaparate de una tienda... ¡HORROR! ¿Cómo los maravillosos bolsos clutch pueden pasar a ser lo más chabacano del mundo? ¡Sí! ¡Todo es posible! Si pensábamos que lo habíamos visto todo, estábamos muy pero que muy equivocadas. Dejadme que os muestre como esta combinación puede resultar lo más cutre que ha existido y que tal vez exista. Porque casi todo ya está inventado, no nos engañemos.
Bolso clutch + Puño americano (Knuckle) = Gran despropósito (Knuckle Clutch Purse)

A ver, vayamos por partes:
Empecemos por la parte positiva de esta unión tan estrambótica y peculiar, en mi humilde y llana opinión. Los bolsos clutch son fantásticos, cómodos, ligeros y muy elegantes. Son tanto como para salir de cena o fiesta, algo sofisticado, o bien cuando no necesitamos ir cargadas con nuestro maxi-bolso, en el que echamos de todo... ni Mary Poppins nos podría superar.
Y gracias al fallecido diseñador de moda inglés Alexander MacQueen los ha llevado al extremo de poder llegar a ser considerados como exclusivas obras de arte (exclusivas y prohibitivas, todo sea dicho, con esos precios tan fuera de nuestro alcance). Me parece a mi que hasta que no me toque la lotería o caiga dinero del cielo, no me voy a poder hacer con ninguna de estas joyas de la corona.
Estos modelos de Alexander MacQueen son estupendos. Conjugan las tendencias del estilo rockero-punk con calaveras a modo de cierre, tachuelas, pedrería e incluso cuero... ¡Lo más de lo más! No a los precios desorbitados. We WANT them!!!