Nunca he sido muy discotequera o fiestera, y sigo siendo valenciana de pura cepa. Y la verdad, es que salir en Nochevieja a una sala o discoteca es lo peor que puedes hacer (dicho desde mi experiencia personal). Todo masificado, casi todo el mundo muy borracho (no la borrachera simpática, sino la de dar asco o pena), calor tropical (el aire acondicionado brilla por su ausencia), el suelo guarro no, lo siguiente. En serio, siempre he visto una masa que recubre todo el suelo que seguro que es más eficiente que el propio súper glue. ¡Brrrrr! escalofríos de terror y asco. Desde hace unos años he decidido que nunca más a ese plan. Y es que claro, el plan que a mi me apetecía nunca era lo que quería la mayoría. Siempre he sido rarita, también es verdad.
Este año nada de vestido o florituras. Voy a pasar la Nochevieja en la montaña, y hará frío (o eso espero). Así que voy a ir cómoda, sin llegar al extremo del chándal. Aprovechando el clima voy a estrenar un suéter que me regaló mi madre. Lo compró en el mercado de los sábados Benicalap (Barrio de Valencia). La verdad es que es un jersey complicado, así que puede que no os guste. A mi sí que me conquistó. Es en el tono azul que viene pegando fuerte últimamente, azul klein, azulón, azul eléctrico o como lo queráis llamar. Lo voy a combinar con unos leggins negros y botas que veréis en la foto son de MaryPaz ya tienen algún año. Me pondré también una laca de uñas de tono azul noche muy chulo, y algún complemento más que aún está por decidir. Y ¡lista! A ver si estrenar año desde la montaña me trae más suerte.